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LAS LENGUAS EN JULIACA
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Apreciemos dos tomas de la laguna Qochapampa, la primera de 1912, de Andrés Ratti, que apareció en la revista Variedades de Lima (cortesía de Rubén Pachari Romero), la segunda de 1930, de Martín Chambi (de Tierra de Leyenda). Está laguna extinguida habría motivado el topónimo JULIACA. |
Es pertinente conocer el desarrollo lingüístico de Juliaca. Antes de la invasión hispana sus pobladores se comunicaron por las lenguas puquina, uruquilla, aymara y quechua. Las indagaciones realizadas nos conducen a sostener que el topónimo Juliaca es de factura puquina.
LA LENGUA DE LA PRIMERA ETNIA
Los cazadores y recolectores poblaron el departamento de Puno en el período Arcaico, el poblamiento empezó hace diez milenios en la cordillera, después bajaron a las partes bajas. En ese período inició el poblamiento de Juliaca. La primera etnia puneña denominada chuquila, era nómade, vivía de la caza y la recolección, no se conoce la lengua que utilizaron para comunicarse, pero si algunas palabras, a decir de Térèse Bouysse-Casagne: “se sigue sin saber aún cual fue el idioma de los llamados choquela”.
LA LENGUA DE LOS AGRICULTORES
Hace cinco milenios y medio se descubrió la agricultura en el departamento de Puno. Los agricultores vertebraron una lengua, la lengua puquina, después las culturas Qaluyo, Pukara y Tiwanaku fueron forjadas y desarrolladas por los pobladores de habla puquina. Para Térèse Bouysse-Cassagne “varias zonas de implantación de la lengua puquina corresponden […] a tierras de waru waru”. Los pukaras empoderaron a la lengua puquina, no sólo puquinizaron a los uros, sino que lograron puquinizar a los pobladores de la cultura Tiwanaku, a decir de Alfredo Torero: “El vigor cultural de Pucará le permitió más tarde puquinizar a Tiahuanaco, que tomó a su vez la posta para la extensión del puquina hacia el sur altiplánico, en desmedro de las hablas uruquillas, con las que contendió o convivió”. La expansión de la lengua puquina es obra de los pukaras y tiwanakus. En tierra juliaqueña la lengua puquina tuvo una primacía de más de tres milenios, logró arraigo cuando en su jurisdicción florecieron aldeas agrícolas; es más, Juliaca estaba en el área nuclear de los campos elevados.
LA LENGUA DE LOS PESCADORES
Hace cuatro milenios se hizo habitable la ribera y las islas del lago Titicaca, antes no se podía vivir por la salinidad del agua y la extrema aridez. De manera que el poblamiento de la cordillera hasta las islas del lago demoró seis milenios. Los pescadores poblaron las islas, también las riberas del lago, las lagunas y los ríos. Los uros dieron forma a la lengua uruquilla, hoy extinguida en nuestro departamento. En tierra puneña los agricultores son anteriores a los pescadores, de manera que la lengua puquina antecede al uruquilla. En Juliaca a los pobladores de habla puquina se sumaron los de habla uruquilla.
LA LENGUA AYMARA
El emplazamiento del aymara en el Altiplano data del año 1100, por entonces los reinos que se establecieron (Qana, Qolla y Lupaqa), eran dirigidos por pobladores de habla aymara, la población de los reinos se aymarizó, excepto el reino Qolla, cuya población continuaba comunicándose por la lengua puquina, como nos lo dicen Alfredo Torero (1987), Rodolfo Cerrón Palomino (2008) y Térèse Bouysse-Cassagne (2010). De manera que la población mayoritaria en la jurisdicción de la actual Juliaca seguía comunicándose por la lengua puquina, no obstante que incursionó la lengua aymara.
LA LENGUA QUECHUA
A mediados del siglo XV, después del triunfo inka sobre los qollas, empezó la quechuización en los pueblos sometidos con el traslado de mitimaes, una guarnición y representantes inkas; se afianzó en el período colonial, cuando se puso un cura con conocimiento de la lengua quechua en las doctrinas, es el caso de Juliaca. Antes de la invasión hispana, según nuestro estudio toponímico, la población juliaqueña mayoritaria era puquina, le seguían los uruquillas, los quechuas y los aymaras.
EN LA COLONIA
Se inició la castellanización. En cuanto a las lenguas andinas, en 1594 el padre Alonso de Barzana: “aludió a pueblos de habla puquina en el ‘Altiplano, en Arica, en Arequipa y en la Costa de la Mar’ y señaló que ‘eran en número de 40 o 50’”. Hacia 1600 por la Copia de curatos se conoce que en los pueblos de prosapia qolla persistía con vigor la lengua puquina, en Huancané, Vilque (hoy Vilquechico), Moho, Paucarcolla, Tiquillaca, Capachica y Coata, inclusive los dos últimos pueblos seguían siendo puquinahablantes. Por Reginaldo de Lizárraga (1605) conocemos que los pueblos ubicados en el camino de Umasuyo eran puquinas, caso de Ayaviri, Pupuja, Checacachi, Huancané, Vilque y Moho. De manera que el área de difusión de la lengua puquina seguía comprendiendo a los otroras pueblos qollas, en donde se encontraba el pueblo de Xullaca.
En 1689, por la Relación del pueblo de Juliaca, se conoce que en ese año existían en Juliaca siete parcialidades, las de: Collana, Esquen, Chilla, Escuri, Unocolla, Piquina y Balsero; de estas Piquina o Puquina estaba conformado mayoritariamente por pobladores de habla puquina y Balsero por moradores de habla uruquilla, después en la colonia Balsero se extinguió, en cambio Puquina tomó el nombre de Pequen, esta parcialidad persistió hasta muy entrada la república, en Pequen hubo camellones y qochas. Entretanto, el quechua ganaba terreno por la imposición de un párroco con conocimiento del quechua.
EL TOPÓNIMO JULIACA
Un tema muy tratado es el de la toponimia. Por las indagaciones bibliográficas y por el trabajo de archivo realizado sobre Juliaca con documentos del siglo XIX, consideramos que los topónimos de este espacio geográfico en sus dos terceras partes son puquinas, le siguen los uruquillas, quechuas y aymaras, en ese orden. De los documentos hallados en el Archivo Regional de Puno, más del 90% corresponden al Fondo Jueces de Paz de Juliaca, el resto al Fondo Prefectura. Son nombres de cerros, lagunas, ríos, estancias, terrenos, lugares y quebradas. El pasado año publicamos 100 topónimos puquinas de la circunscripción juliaqueña.
LAS PROPUESTAS TOPONÍMICAS
Hay numerosas interpretaciones del topónimo Juliaca, de ellas mostramos catorce, siete sustentan la prosapia quechua, seis el origen aymara y uno la procedencia española, ninguna se refiere a la lengua uruquilla, ni a la lengua puquina.
Las de prosapia quechua son: LULIACA, excremento de picaflor, sostiene Clorinda Matto de Turner (fines del siglo XIX). CULLILLACA, lugar leñoso, sostiene Eduardo Pineda Arce (1924), se adhieren Isaac Chávez (1926) y Julio Bustinza Menéndez (2001). XULLASCA, nevando, sostiene Dionisio Torres Juárez (1951), se adhieren, con ligeras modificaciones en su significado, Mario Fernando Chevarría (1956), Ramón Ríos Zurita (1974), Esperanza Nájar (1976) y José Parada Manrique (1989). SULLO ACCA, chicha verde, sostiene Luis T. Cuba C. (1956). HULYLLACA, lugar de palomas, sostiene Isaac Chávez (1972). JULILLACA, por la recurrencia de llaca en varios topónimos, sostiene Abel Calla Cáceres (1978). SHULLAXQAQA, rocío en el roquedal, sostiene Justo Ruelas Quispe (1983).
Las de origen aymara son: CULLACA, hermana mayor, sostiene Rómulo Cúneo-Vidal (antes de 1931), se adhieren: Manuel A. Quiroga (1937) e Ignacio Frisancho Pineda (2001). KUHRIACA, curaca, sostiene Manuel A. Quiroga (1937). LLULLY JAKKA, Dios de la paz (llully) y colina (jakka), sostiene José Portugal Catacora (1952), CHULIJACCA, Lulli o Juli, sostiene Max Espinoza Galarza (1973), KULLAKA, hermano, sostiene Ramón Ríos Zurita (1974), se adhieren José Parada Manrique (1989) y Samuel Álvarez Enríquez. CHULLUHAK'A, cerca del hielo o escarcha, sostiene Leoncio Mamani Coaquira (1999).
La de procedencia española es: JULIACÁ, ¡De Juli acá!, difundido por José Ignacio Miranda y publicado por Juan de Dios Lanza (1955) y Ramón Ríos Zurita (1974).
A estas propuestas toponímicas, añadimos la de Rodolfo Cerrón-Palomino. En su artículo “La grafía <x> en la toponimia andina (siglos XV-XVII) ejemplos representativos” (2010), sostiene que Xullaca, está compuesto de la raíz xulla y el sufijo ca, xulla equivalente a rocío en quechua variante norteña, de manera que se traduciría en “(lugar) que rocía”. Sin embargo, en el estudio toponímico que hizo para Juli, concluye que <xuli>, “significaría simplemente (Región de) Avestruces”.
NUESTRA POSTURA
El pueblo de Xullaca es de raigambre puquina, sus pobladores hasta muy entrada la colonia mayoritariamente se comunicaban por la lengua puquina; por tanto, su origen toponímico estaría asociada a la lengua puquina. La mayoría de los topónimos reseñados son generales, que muy bien pueden corresponder a varios pueblos; no especifican, no representan a una peculiaridad juliaqueña; además están en lenguas de las etnias minoritarias.
Nuestra propuesta considera a dos voces puquinas, a SULI y LLACA, con los significados de Suri y la otra asociada a laguna, de manera que se traduciría como “laguna de los suris o avestruces”. En cuanto a SULI, estamos plenamente de acuerdo con la fundamentación de Rodolfo Cerrón-Palomino para el topónimo de Juli, con el significado de “Región de avestruces”. En relación a LLACA, consideramos que es un término puquina asociado a laguna por la concurrencia de lugares similares. En Xullaca, la llamada Qochapampa era la laguna principal, por encontrarse en el mismo pueblo.
En conclusión, la palabra Juliaca sufrió los siguientes cambios: Sulillaca – Sullaca/Zullaca – Xullaca – Juliaca.
LA FUNDAMENTACIÓN
La palabra SULI, después SURI, identifica a una ave corredora que tuvo por hábitat las dos grandes planicies de la cuenca del Titicaca, las de Juliaca y Juli, de estos lugares planos resultaron desplazados a zonas más altas, actualmente perdura en las pampas del distrito de Capaso; en Juliaca hay dos planicies con la denominación de Suri, las de Suripata (camino a Yocará) y Surini (Rancho). La L de suli con el tiempo se transformó en R, para quedar como suri; tal como ocurrió con luqui / ruqui, luna / runa. Además, la S de suri se transformó en X y después en J, como sucedió con los topónimos Cajamarca o Jauja; por estas consideraciones el topónimo Juli se origina de Suri.
LLACA está asociada a la laguna de una planicie, este vocablo lo hallamos en varios lugares de prosapia puquina, caso de: Ccaccallacca (en Chilla, Juliaca), Cullillaca (hacienda en jurisdicción de Juliaca y Lampa), Coallaca (Cabanillas), Avillaca (laguna de Caracoto), Quivillaca (Huata), Tiquillaca (distrito de Puno) e Ibillaca (Sandia), la mayoría de los términos que acompañan a llaca, significan aves, caso de Avi, Quiwi, Tiqui, Ibi, también Suri.
INFORMACIÓN ADICIONAL
Veamos algunos registros de Juliaca del primer tramo colonial. SULLACA, Cristóbal Vaca de Castro (1543). ZULLACA, Felipe Guamán Poma de Ayala (1615). XULLACA, Pedro Cieza de León (1549) y Tasa de la visita general de Francisco Toledo (1573); también en documentos coloniales tempranos, caso del nombramiento de Pedro Mexía como Corregidor del Collao (1565); en mapas, como en el de A. Bandelier (1573).
En la primera centuria del siglo XVII a Juli, lo identificaban como Suli, Ludovico Bertonio y Garcilaso de la Vega. Además, Telésforo Catacora en 1903 aludía al “Shuri, ave corredora”, asociada a Juli.
En un documento prefectural del 27 de setiembre de 1926, se aludía a Avillaca, como laguna de la parcialidad de Suches, en el distrito de Caracoto.
En cuanto a la onomástica, en un padrón del pueblo de Xullaca de 1780, aparece registrado el apellido Pillaca, también en un documento del 11 de abril de 1862.
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